Reportaje surrealista

Ante las recientes declaraciones de Gaspar Llamazares en las que, refiriéndose a la polémica Iglesia-Gobierno, dijo: "cría obispos que te sacarán los ojos", el equipo de la Vida Surrealista (osea yo y mi ego) ha decidido investigar la reciente moda de criar obispos en cautividad.

Para ello, nos dirigimos a un centro de cría en cautividad de obispos, donde entrevistamos al director general. "El obispo es un ser asombroso" nos comenta. "Un cazador nato, voraz, que no conoce límites" continúa. Nos relata que existen muchos otros depredadores similares, como los párrocos o los cardenales, pero que ninguno llega al nivel del obispo. Cuando el obispo te mira puedes sentir el peso de su enorme inteligencia, calcula lentamente la situación y si no tienes cuidado puede no quedar nada de ti en tan sólo unos segundos. "Si yo me cruzara con un obispo salvaje pasaría mucho miedo" Nos añade además uno de sus cuidadores, mientras le arroja miembros humanos a uno de los obispos en su jaula. "Mire, mire como comen... y eso que este es sólo una cría..."

Sin embargo, en estado natural el obispo no tiene excesivo peligro, pasa el día recorriendo las llanuras en busca de feligreses de los que alimentarse. El problema viene con la cría en cautiverio. Desde hace un tiempo se está extendiendo la costumbre de tener obispos en las casas, alejados de su hábitat natural. La gente los saca a relucir y es en esas situaciones de gran estrés cuando desarrollan toda su agresividad. "Pero si los sabes llevar, ya le digo que no son peligrosos" continúa comentándonos el cuidador. "Venga pase aquí y vea como le acaricio"

Por lo visto si el obispo está bien alimentado y en buenas condiciones, es una criatura dócil. Nosotros incluso nos atrevemos a acariciarlo y la verdad es que impresiona. No podemos evitar estremecernos cuando nos clava su mirada, pero de ahí no pasa. "¿Lo ve? Ya le decía yo... manso manso cuando acaba de comer..."